lunes, 10 de septiembre de 2012

“Dios es el centro de mi hogar”


Jorge Luis Guevara y Claudia Espinal son una pareja que actualmente esbozan una gran sonrisa, pero tuvieron que experimentar un verdadero cambio para encontrar la real felicidad.
Él nació en Chiclayo, siempre se sintió orgulloso de su padre a quien consideraba un hombre ejemplar. No obstante, sus progenitores siempre discutían, y en una ocasión su madre decidió llevárselo a Lima junto a sus hermanos.
Esa situación generó una fuerte discusión en el hogar. Ocasionando la ruptura definitiva del matrimonio, pero él decidió quedarse con su padre. “Gracias a Dios la pareja de mi papá me trataba como si fuera su hijo, nunca nos faltó nada”, añade Jorge.
Pero con el paso del tiempo, empezó a caminar por un camino errado. Fue así que viajó a Lima intentando cambiar, pero todo fue peor. Se mezcló en el mundo del pandillaje.
En medio de su baja condición, conoció a quien sería su esposa. Claudia se enamoró de él y aparentemente todo iba bien hasta que decidieron convivir. “Él se convirtió en un hombre violento”, cuenta la ahora esposa de Jorge.
Momento de cambio
Pero todo estaba por cambiar. Un hermano cristiano empezó a evangelizar a Claudia y posteriormente al díscolo Jorge. Poco a poco la Palabra de Dios entró en sus corazones.
Fue así que el muchacho agresivo decidió ir a un servicio cristiano. Al escuchar el mensaje, sintió que algo andaba mal en  su vida y minutos después se encontraba frente al altar entregándole su vida a Cristo.
Ante esta noticia, su pareja se mostraba escéptica, no creía en ese cambio. Pero los frutos de Jorge eran innegables, se tornó en un hombre distinto, lo que hizo que Claudia también decida caminar por las rutas del Mesías.
Actualmente ambos formalizaron su relación, siendo instrumentos útiles para la causa de Jesucristo.

Fuente: Movimiento Misionero Mundial

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