El pastor Marcos Carbajo cuenta el milagro que obró Dios
en su vida. Su existencia fue marcada desde muy niño por la separación
de sus padres, acto que inclusive afectó su salud. Desde pequeño se
entristecía mucho por la situación de su familia. A pesar de esto,
obtenía buenas calificaciones en la escuela.
Sin embargo, al ver que sus padres no se reconciliaban, los azules
en la libreta paulatinamente se convertían en rojos. Es así, que el
joven Marcos se refugió en las malas amistades haciéndolo incursionar
en el uso de armas y en los asaltos.
Pese a su mal comportamiento, logró ingresar al Ejército Peruano
llegando a alcanzar el rango de suboficial; lamentablemente, las malas
juntas y las drogas ya se habían apoderado de él, abandonando las
fuerzas armadas.
Con el paso del tiempo, ingresó en varias oportunidades el Penal de
Lurigancho donde le predicaron la palabra de Dios, pero él no quiso
aceptarla porque tendría de dejar lo malo, resistiendo el cambio.
La obtención de la verdadera libertad
Posteriormente, el hoy pastor Marcos obtuvo libertad, empezando a
participar en un Centro de Rehabilitación, donde llegó a ocupar cargo de
sub-director. Allí, conoció al pastor Ricardo Cueto, quien iba una vez a
la semana a ese recinto llevando el evangelio.
Una discusión con el director del centro, despertó su anhelo por el
Señor. Su superior enviaba a los jóvenes a jugar fulbito para que no
escuchen al pastor que llegaba a ese lugar llevando la Palabra de Dios,
esta actitud, indignó a Marcos.
De esta manera, el ahora Siervo de Dios, nota que ya no tenía
atracción por los actos delincuenciales, empezaba a sentir que su vida
no era la misma. El Señor también lo libertó de las drogas. El, junto al
pastor Cueto iniciaron una hermosa tarea, llevando el mensaje bíblico a
personas rechazadas por la sociedad, pero aceptas por Cristo.
Hoy es un hombre nuevo y fiel al Señor. Quien lo honró colocándolo
frente a la iglesia del Movimiento Misionero Mundial en el convulsionado
Jirón Quilca en el centro de Lima, donde junto a su esposa encabezan
una congregación que día a día trabaja rescatando almas para el Reino de
los Cielos.
Fuente: Movimiento Misionero Mundial
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