jueves, 27 de septiembre de 2012

“Dios me ha dado lo mejor”

Rildo Cueto conoció el poder de Dios desde pequeño, se guardó desde temprana edad para servirle y cumplió su anhelo en Japón. “Ahora que tengo 42 años puedo decir que casi toda mi vida la viví con Jesucristo”, cuenta nuestro hermano, al contar que la providencia divina lo libró de muchas vicisitudes. Con el paso del tiempo, llegó a conocer a su esposa en la iglesia. Ahora con tres hijos, más que nunca, siente que su vida depende de El Señor. En los últimos años, se les abrió las puertas en Japón, donde pastorean una iglesia. “Actualmente tenemos una gran barrera que es el idioma y estamos capacitándonos para llegar a este público”. Recuerda que la adaptación a esta nación no fue fácil. Pero la obra de Dios se concretó cuando su hija se adaptó al lenguaje, su maestra la ayudó a comprender adecuadamente el idioma y ahora la pequeña Yuriko puede traducir a sus padres sin problema alguno.

Fuente : Movimiento Misionero Mundial

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